Orquídeas para inspirarse
La silla creada por Sebastian Gronemeyer no tiene nombre, pero sus formas sí delatan su fuente de inspiración: las delicadas curvas de las hojas de orquídea.
Desarrollada en fibra de vidrio y apoyada por barras tubulares de acero, tanto el asiento como el respaldo se doblan ligeramente en el momento de sentarse, propiciando comodidad a través de sus líneas ergonómicas.
Un suave pero elegante toque de clase a ambientes tanto contemporáneos como tradicionales.
Enlace: Silence and Grace.